Juan First XVII
Fany y JF sentados en sillas metálicas ubicadas alrededor de una de las mesas en la parte exterior del café Monte coffee conversaron por varias horas. Fany ya tenia algún tiempo viviendo en Canadá, aparentemente estaba acostumbrada a su nueva vida, pero en varias ocasiones JF se percato que Fany preferiría estar viviendo en su País, incluso en alguna parte de la conversación ella comentó que si en ese preciso momento y si existieran otras condiciones en su País y tuviera la oportunidad de subirse a un avión con su esposo y su hijo lo haría sin pensarlo dos veces. Posiblemente Fany y JF si hubieran tenido la oportunidad de consultar en ese tiempo una pagina de la Web denominada www.notcanada.com hubieran elegido otras opciones y ese momento de encuentro nunca habría existido, desafortunadamente para ellos esa página electrónica en ese tiempo todavía no había sido creada. Fany tenía la sensación de que su estancia en Canadá le proporcionaba cierta seguridad, pero, la privaba de muchas otras satisfacciones que solo en su País las podía obtener. Fany en alguna Universidad de Colombia obtuvo el título de abogada, un grado académico que en ese momento de poco le servia en el País del norte, situación que le causaba cierta frustración profesional, tal vez, ese era el motivo por el cual ella realizaba trabajo voluntario orientando a las personas latinas que Cathy le canalizaba gracias a que Fany hablaba español, era abogada latina, había vivido en carne propia las implicaciones de la inmigración, pero sobre todo por sus grandes deseos de ayudar a personas que como JF no tenían la menor idea de cómo funcionaban las cosas en Canadá.
Fany siempre fue amable, pero sobre todo fue objetiva en sus análisis y comentarios sobre cada parte del relato que JF le comentaba relacionado con la causa principal que lo obligó a salir de su País y solicitar refugio en Canadá. JF le comentó las diversas situaciones relacionadas entre si y tenían alta probabilidad de afectar la integridad de JF y de sus seres queridos.
Poco a poco, entre los dos amigos, editaban la historia de JF, quitando pasajes sin importancia y enfatizando aquellos que a juicio de la abogada podrían ser trascendentales para que JF obtuviera su permanencia definitiva en ese país. No obstante que México y Colombia son países latinoamericanos, existen diferencias culturales incluyendo ciertas palabras que son usuales en un país pero no en otro. Fany le pedía a JF que usara determinadas oraciones para detallar algunos puntos específicos sobre lo sucedido, sin embargo JF tenía que aclararle a Fany que ese tipo de expresiones no eran usuales en su País y mucho menos de la región de la que procedía JF.
Al momento de quererlas plasmar en el papel se percibían un tanto falsas o fuera de contexto, por tal motivo JF le aclaraba a Fany el tipo de expresiones y significados que semánticamente marcaban una importante diferencia entre las dos naciones hermanas, pero con significados totalmente distintos. En ese momento y mientras Fany se retiro por unos instantes, JF recordó que en alguna ocasión asistió al festival Cervantino, que año con año se realiza en Guanajuato México, en aquel tiempo JF se unió a un grupo de transeúntes que caminaban por las estrechas calles de esa bonita ciudad colonial, quienes participaban en una ¨callejoneada¨, en la cual al frente del informal y alegre contingente, una estudiantina interpretaba bonitas canciones del folclore mexicano, ese grupo era conducido por un joven estudiante universitario quien en alguna ocasión conoció Colombia y Venezuela gracias a los intercambios culturales con aquellos países, en esa ¨callejoneada¨ turística se recorrían ciertos lugares, incluyendo el callejón del beso, hasta llegar a la plaza Cervantina, una vez que los paseantes llegaron a ese lugar, el coordinador del grupo preguntó a la multitud que bebían vino tinto en un ¨¨porron¨¨, cual era su procedencia, algunos llegaron de diferentes partes de la republica Mexicana, otros eran turistas de otros países y precisamente llego el turno de un pequeño grupo joven integrado por hombres y mujeres venezolanos y colombianos, a quienes entre broma y broma el anfitrión del evento les hizo una singular petición.
¨hola amigas de Colombia y Venezuela las saludo con gusto y quiero pedirles un gran favor, que les parece si después de que termine este evento me dan la cola¨, algunos, quienes entendían el español se sorprendieron por ese vulgar comentario que se encontraba fuera de lugar, pero la gran mayoría de ellos se echaron a reír, ya que esa expresión en México tiene un significado muy diferente al que tiene en Venezuela o Colombia, mientras que para los colombianos o venezolanos la expresión de ¨pedir la cola¨ es solicitar al conductor de un auto que lo transporte y lo deje en un punto especifico por el que el conductor del vehículo tendrá que pasar en su trayecto, en Colombia o Venezuela esta expresión es coloquial y de uso común, motivo por el cual a los colombianos o venezolanos no les provoca ninguna reacción emocional de vergüenza o enojo al escucharla. Sin embargo en México si alguien ¨le pide la cola¨ a alguien, le esta hablando, la mayoría de las veces, en broma, de tener relaciones intimas, en México esto es algo que se conoce como picardía y/o albur y quienes lo practican lo hacen porque existe un alto grado de confianza entre las personas que lo hacen. JF recordó que en aquella ocasión el joven universitario realizó la aclaración pertinente con la finalidad de no herir susceptibilidades y continuar divirtiendo a los asistentes a esa ¨callejoneada¨ y disfrutando ese exquisito vino tinto servido en porron.
En pocos momentos Fany regresó con otro par de tazas con café, para continuar los últimos detalles que tendría el escrito que mostraba la historia que le serviría a JF para pedir refugio en Canadá.
Faltaban unos cuantos minutos para las once de la noche y después de haber trabajado por horas, JF acompaño a Fany a la ¨bus stop¨ para que abordara el autobús que la llevaría hasta cerca su casa, ambos amigos se despidieron cordialmente y JF empezó a correr rumbo al salvation army ya que las reglas claramente decían que nadie podría entrar al refugio después de la once de la noche. JF se sentía feliz por el trabajo realizado previo a su cita del jueves con las autoridades de inmigración, llego hasta su cuarto y sin hacer mucho ruido se dispuso a dormir para descansar y estar fresco como una lechuga hidropónica al siguiente día.
Etiquetas: una historia real
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