Un excelente amigo de
CD.
Juárez,
México; Marcos Morales me
ayudó con la traducción del francés al español de quien en vida, fue nuestra
amiga migrante Patricia
Pérez. Una descripción que originalmente me enviaron mis amigos de J4
MW.
Descanse en Paz y que su obra sea ejemplo para muchos que desean ayudar a los mas
desprotegidos y alejados de sus familias y seres queridos, son mis mejores deseos.
La Protectora de los obreros
mexicanos, vencida por el Cáncer.
Por
Andre NoelLa
pressePatricia
Pérez, quien fundara el centro de apoyo para los trabajadores agrícolas, rechazo siempre el título de militante, aunque lo era de los pies a la cabeza. Ella no podía ver ni las más mínima injusticia sin combatirla. Desde hace un año venia luchando sin lamentarse contra la mas injusta de las enfermedades, el cáncer. Ella murió el domingo en su pequeño departamento del centro sur de
Montreal, a la edad de 52 años. El cuarto que le
servía lo mismo de sala, de cocina y de comedor, contenía docenas de cajas donde ella clasificaba los expedientes de cientos de obreros a los cuales ayudaba en reclamos de atención médica, prestaciones de licencias familiares o de indemnizaciones de aseguranzas después de un accidente de trabajo.
Sobre una de las cajas tenía una fotografía de cesar
Chávez, el célebre sindicalista que organizó a los obreros agrícolas
chicanos de California. Como el y como muchos otros que trabajan en la sombra tan discretos como la sal de la tierra Patricia
Pérez contribuyó a dar al sindicalismo sus cartas de nobleza.
Ella dirigió las primeras asambleas de trabajadores en los campos de la región de
Joliette durante sus días de asueto mientras que ella estaba empleada como dama de compañía por la Familia
Bromfman. Antes que el sindicato de los trabajadores unidos de la alimentación y el comercio le pagara un salario ella mantenía su celular abierto día y noche para que los obreros pudieran llamarla.
Ella recibía llamadas de puntos tan lejanos como de
Alberta y la
Columbia Britanica. Incluso, aunque se encontraban aislados los trabajadores en ranchos incomunicados los obreros agrícolas extranjeros de todo
Québec conocían su nombre y reputación: La de una mujer dispuesta a todo para ayudarles. Cuando un periodista hizo un recorrido por las granjas muchos trabajadores inquietos por su estado de salud pedían novedades.
Pero contrariamente a Cesar
Chávez ella nunca logró al menos mientras vivió,
sindicalizar a los trabajadores. La semana pasada una decisión de la comisión de trabajo de
Québec rechazó las peticiones de
acreditación de los dos primeros grupos. La comisión de trabajo de
Québec impide por todos los medio la
sindicalización de trabajadores de granjas.
Una refugiada Política
Patricia
Pérez nació en 1955 en
México, siendo la antepenúltima de 8 hijos, hija de un impresor sindicalista y de una madre
nahoa que les inculcó los valores de esta comunidad indígena, la más importante de
México. Los
nahoas deben de actuar de manera de que la comunidad funcione bien, nos dijo ella en el curso de una larga entrevista que nos concedió en mayo en su habitación de
Notre-
dame. Esto es lo que he tratado de hacer siempre y por eso no me reconozco como militante. Ayudar a las comunidades es algo que se me da solo.
Desde la escuela ella comenzó a documentar los abusos del ejército. Impulsada a la cabeza de los recursos humanos en el Instituto científico de
PEMEX -la sociedad nacional del petróleo- y después a otro instituto científico ella participó directamente en actividades a favor del frente
zapatista de liberación nacional, al cual ella consideró como una organización de indígenas, ella escribía tratados distribuía el periódico del grupo y recolectaba fondos.
Esas actividades le valieron que fuera levantada por policías vestidos de civil en diciembre de 1966, mientras ella marchaba en el campus de la universidad de
México. Ella fue secuestrada y maltratada. Cuando nosotros le preguntamos detalles ella se enojo y respondió: ¿por que quieren ustedes detalles?...estos episodios son muy dolorosos, yo no quiero hablar de eso, decía entre sollozos.
El exilio o la muerte
Se le ofreció escoger entre el exilio o la muerte y ella optó por Canadá mas que por Europa, “con el propósito de poder regresar a pie a mi casa si yo quiero”... “a E. U. no quise ir por considerar un país injusto”, nos dijo. Una vez que estuvo en
Montreal ella obtuvo
estatus de refugiada política, se trajo a sus hijos Patria y David y entro a trabajar como dama de compañía para un antepasada de la Familia
Bromfman en
Westmount.
Patria
Pérez daba mucho afecto a la
Sra.
Brofmn, recuerda
Nadine Gut que la había contratado para la familia. Ella era paciente cálida y daba una sensación de seguridad, una colega de trabajo en casa de los
Brofman de nombre Florencia Benjamín se expresa de ella como de una mujer excepcionalmente inteligente siempre lista a luchar por los desvalidos.
El alto salario y las numerosas prestaciones pagadas por los
Brofman permitieron a Patricia
Pérez trabajar en forma voluntaria para amnistía nacional y después consagrar su tiempo libre a los agrícolas
mexicanos. A su partida ella ignoraba que miles de sus compatriotas se encontraban aquí en los ranchos… ella se había encontrado una persona en las calles de
Montreal y le dio su numero de teléfono.
Un día ella recibió un llamado de un obrero herido en San Tomas cerca de
Juliette ella le dio cita para el día siguiente frente a la iglesia de la Villa.
E l trabajador llegó en bicicleta con la mano negra e inflamada. Una máquina le había atrapado y no había recibido ninguna atención médica. Incapaz de trabajar no tenia ningún ingreso y la
Sra.
Pérez le dio suficientes provisiones para que se sostuviera durante un mes.
Poco después ella regreso a la granja pero el trabajador había sido repatriado. Cuando ella pidió cuentas del caso al consulado de
México le dijeron que se ocupara de sus asuntos a lo que ella respondió, resulta que estos son mis asuntos.
Desde ese día, ella se dedicó sin cesar a los trabajadores, y ella los siguió haciendo después de que supo que tenía un tumor canceroso en el páncreas con
metatazis, es decir, a muerte. Algunas veces ella se lamentaba por no poder trabajar y preparar a su hija Patricia y a otros hijos más para que fueran relevados en esta tarea.
Su cuerpo se velara hoy en el centro funerario Villa
maría en el número 1841 de la Calle Notario. Una ceremonia tendrá lugar en la noche. Patria
Pérez ha pedido que sus cenizas sean dispersas sobre los campos de San
Remi en el sur de
Montreal donde se encuentra la concentración de obreros agrícolas.